El Reglamento Europeo de Productos de Construcción (RPC 2024), que define presente y futuro de la edificación comunitaria, se publicó en diciembre y fue aprobado el pasado mes de enero y sustituirá al actual en vigor desde 2011.
Con la adopción del Reglamento (UE) 2024/3110, el sector de la construcción entra en una nueva era marcada por la sostenibilidad, la digitalización y la alineación con los objetivos europeos hacia una economía más verde y circular. En el nuevo documento, las prestaciones ambientales tendrán tanta relevancia como la seguridad, mientras que la digitalización, con el pasaporte digital de producto (DPP) convertido en elemento esencial, transformará la comunicación de información en la industria. Estas evoluciones están relacionadas con los retos de la transición ecológica y digital.
Sostenibilidad
El nuevo Reglamento de Productos de Construcción (RPC) refuerza los requisitos esenciales en materia de sostenibilidad ambiental, alineándose con el Pacto Verde Europeo y los compromisos de descarbonización de la UE.
El nuevo Reglamento de Productos de Construcción (RPC) establece la obligatoriedad de incluir información ambiental detallada en la Declaración de Prestaciones de los productos de construcción, de la misma manera que hasta ahora lo hacía con prestaciones de resistencia estructural, prestación al fuego o prestaciones acústicas. Estos indicadores ambientales están alineados con los definidos en la norma EN 15804+A2, que especifica las reglas para las Declaraciones Ambientales de Producto (DAP) en el sector de la construcción.
En ese sentido, ahora se verán recompensados los esfuerzos de fabricantes en contar con Declaraciones Ambientales de Producto (DAP).
Indicadores ambientales clave a priorizar:
- Potencial de calentamiento global (PCG): Mide las emisiones de gases de efecto invernadero a lo largo del ciclo de vida del producto, expresadas en kilogramos de CO₂ equivalente.
- Agotamiento de la capa de ozono: Evalúa la contribución del producto a la reducción de la capa de ozono estratosférico.
- Acidificación del suelo y del agua: Determina el potencial del producto para aumentar la acidez en ecosistemas terrestres y acuáticos.
- Eutrofización: Analiza la posibilidad de que el producto contribuya al enriquecimiento excesivo de nutrientes en cuerpos de agua, lo que puede provocar proliferación de algas y disminución de oxígeno.
- Formación de ozono fotoquímico (smog): Mide la tendencia del producto a generar contaminantes que contribuyen a la formación de smog troposférico.
- Agotamiento de recursos abióticos – elementos: Evalúa el consumo de recursos minerales y metálicos no renovables.
- Agotamiento de recursos abióticos – fósiles: Mide el uso de recursos energéticos fósiles, como petróleo, gas natural y carbón.
- Uso del agua: Analiza el consumo de agua a lo largo del ciclo de vida del producto.
Según la normativa, la implementación de estos indicadores será progresiva:
- A partir del 8 de enero de 2026: Será obligatorio declarar el Potencial de Calentamiento Global (PCG).
- A partir del 9 de enero de 2030: Se requerirá la declaración de todos los indicadores básicos de impacto ambiental según la EN 15804+A2.
- A partir del 9 de enero de 2032: Se exigirán también los indicadores adicionales de impacto ambiental definidos en la EN 15804+A2.
Esta estrategia escalonada permite a los fabricantes adaptarse progresivamente a los nuevos requisitos, garantizando una transición efectiva hacia prácticas más sostenibles en el sector de la construcción.
Una de las principales novedades del RPC es la introducción del sistema de evaluación 3+ , donde los organismos notificados desempeñan un papel clave en la verificación de las declaraciones de sostenibilidad, garantizando que la información proporcionada sea fiable y cumpla con los requisitos normativos.
Estos requisitos se integran con otras normativas sectoriales, como las regulaciones sobre eficiencia energética en edificios o los criterios de sostenibilidad establecidos en la taxonomía de la UE.
Digitalización
Al igual que otras regulaciones como el reglamento de ecodiseño de productos sostenibles o el reglamento de baterías, que ya lo habían hecho antes, el RPC hace referencia en su capítulo X al Pasaporte digital de producto (PDP), estableciendo unos principios básicos que posteriormente se desarrollarán mediante actos delegados.
El pasaporte digital de producto estará ligado siempre a un producto tipo y contendrá la información de la declaración de prestaciones y conformidad del fabricante, instrucciones de uso, información de seguridad, indicadores ambientales, etc. Un primer paso hacia el PDP será la necesidad recogida en el nuevo reglamento de digitalizar la declaración de prestaciones y conformidad para que sea legible por un ordenador.
Un aspecto fundamental del diseño del PDP será garantizar la interoperabilidad del sistema, para posibilitar el uso de la información por todos los agentes que actúan en la cadena de valor y para cubrir las diferentes demandas de información que pudiera haber en el mercado.
El diseño técnico del PDP está todavía pendiente de resolución, barajándose de momento varias alternativas. Esta solución técnica deberá responder a varios retos como son el tiempo de almacenamiento de la información (en el caso de la construcción puede ser de 30 o 40 años), los datos públicos y privados, la actualización de la información, el acceso gratuito a los datos, el papel de los nuevos agentes, como recicladores de productos, etc.
Por último, cabe destacar que TECNALIA, en colaboración con UNE y Cobuilder, está llevando a cabo un estudio de viabilidad para evaluar las principales opciones técnicas de implementación del PDP, analizando sus ventajas e inconvenientes.